jueves, 10 de julio de 2008

Y los machetes marcharon

En la XXX Marcha del Orgullo marché como miembro del Frente Universitario en Contra de la Discriminación (FUCD) dentro del contigente universitario, en un principio formado por estudiantes del IPN, la UNAM y la UPN organizados como Colectivos Universitarios por las Diversidades Sexuales (CUDS).

Como Frente Universitario decidimos participar portando machetes, algunos de los cuales etaban adornados con peluche rosa en el mango y plumas color fuscia.

Las reacciones ante la presencia de los machetes fueron de las más diversas(-¿Machetes? Qué violencia. -No más que los puñales-) hasta un abierto apoyo a su presencia pasando por la sorpresa y la curiosidad.

Las razones de los machetes
¿Qué nos llevó a portar machetes en una marcha ahora caracterizada principalmente por su caracter lúdico?

Como mencioné en un texto previo (Sombras en la XXX Marcha del Orgullo del 27 de junio) los primeros contigentes abiertamente no heterosexuales aparecieron en las marchas del 26 de junio de 1978, aniversario de la revolución cubana, y del 2 de octubre del mismo año, en la conmemoración de la Matanza del 2 de octubre. Más aún, una gran parte de los activistas que salieron masivamente del clóset a partir de 1968 se forjaron en movimientos de crítica, disidencia y subversión social.

En Estados Unidos han pasado 40 años desde Stonewall. En Francia 38 desde la aparición del FHAR (Frente Homosexual de Acción Revolucionaria) francés. Y en México justo treinta y un años desde la aparición del FHAR mexicano, del Grupo Lambda de Liberación Homosexual y de Oikabeth.

En todos esos años el movimiento ha cambiado radicalmente. De ser un movimiento socialmente subversivo ahora sus líneas principales se mueven dentro del mercado. Ya no se exigen cambios sociales ni mucho menos se elabora una crítica. Se reivindican una serie de derechos (restringidos al llamado colectivo LGBTTTUVWXYZ y las que se acumulen en la semana) pero la crítica social incisiva, subversiva, disidente ha desaparecido en la práctica.

Y es una crítica hoy en día tan necesaria como lo fue hace cuarenta, hace treinta años. El punto central en la lucha por los derechos es la igualdad con respecto a la población heterosexual pero ¿igualdad de elegir entre una u otra compañía para privada para ejercer la garantía constitucional y el derecho humano a acceder a servicios de salud?

La sociedad y el Estado tienen razones de ser. Y tal vez la razón central sea garantizar un mínimo de condiciones de vida para todos sus habitantes. Entre estas condiciones están, de forma central, el acceso a los servicios de salud y a la educación.

Actualmente el Estado vive un proceso de desmantelamiento. Se transfieren la obligación de proporcionar estos servicios a particulares argumentando la eficiencia. Sin embargo los particulares persiguen un beneficio económico que el Estado no. Así el gasto que otrora sería ejercido por el Estado en favor de sus habitantes en su totalidad se transfiere a particulares, con su correspondiente tajada en detrimiento de dichos servicios.

Más aún, la represión sufrida por estudiantes y obreros en 1968 desde el Estado sigue presente. Suele ser más sútil pero igualmente de efectos nefastos. La sufrimos a través de la negación de derechos y de presiones veladas, de golpeteos, de desgaste. Pero no siempre es sútil (como lo atestiguamos recientemente). Los casos más emblemáticos de esta década son Atenco y Oaxaca. En Atenco se frenó la construcción de un aeropuerto, con el cual se haría un jugoso negocio: a los ejidatarios se les compraría sus tierras a cambio de centavos, mismas que valdrían miles de pesos años más adelante. A cambio obtendrían grandiosas oportunidades de empleo en los servicios del nuevo aeropuerto. Movimiento que fue violentamente reprimido (con la presencia del ejército a través de la Policía Federal Preventiva), sus mujeres violadas y sus líderes acusados con argumentos falsos en su mayoría. En Oaxaca, la APPO, un movimiento que protesta contra el gobernador Ulises Ruiz por su ilegitmidad, por sus arbitrariedades y por sus actos represivos fue también violentamente reprimido con la presencia también del ejército.

Ambos movimientos, tanto Atenco como la APPO, tienen aspectos tanto positivos como negativos, tanto loables como criticables. Tuvieron tanto aciertos como errores en su actuación. Al ponderarlos tenemos que considerar la intensa campaña mediática negativa que en su contra se llevó a cabo. De ellos pretendemos retomar dos cosas. Primero, la lucha social no está muerta. Las demandas sociales (y la renuencia del Estado a cumpliarlas) son cada vez mayores y pese a la despolitización de la mayoría de la población, los movimientos sociales siguen gestándose. La segunda es que demuestran que el Estado sigue siendo extremadamente parecido al Estado de 1968. El ejército vestido de policías llegó a extremos inimaginables. La violación de mujeres de parte de esos militares en Atenco y la detención ilegal y tortura arbitraria de personas en Oaxacas (inclusive familias completas que quedaron atrapadas en el Centro Histórico de la ciudad) son una de las muestras más crudas de la represión que el Estado ejerce.

De Atenco sobresale un símbolo: el machete. El machete con el que se trabaja la tierra, condición indispensable para la vida en Atenco. El campo como condición indispensable para la vida de los seres humanos. No pedimos reivindicar todo el movimiento de Atenco, tan sólo la necesidad y posibilidad de la crítica y la protesta social, de la lucha y la reivindicación de demandas que a una gran mayoría nos competen.

Si se pretende que la Marcha del Orgullo retome las demandas políticas y sociales no basta con exigir derechos cada vez más devaluados. Exige retomar una crítica política y social atendiendo a movimientos que elaboran dicha crítica como hace treinta y un años el movimiento de las disidencias sexuales nació de dichos movimientos. El machete es la vuelta a los origenes de la Marcha pero treinta y un años después.

Fe de erratas
El texto previo (Sombras en la XXX Marcha, del 27 de junio) mencioné a los primeros candidatos homosexuales, es menester mencionarlos por su nombre, Claudia Hinojosa y Max Mejía. Ellos fueron postulados por el Partido Revolucionario de los Trabajadores al cual perteneció Rosario Ibarra de Piedra y no por el Partido Mexicano de los Trabajadores, de Heberto Castillo, como afirmé erróneamente.

Con respecto a la aparición del FHAR mexicano en la Marcha del 26 de junio de 1978, dicho dato lo escuché de Xabier Lizárraga.

Postdata
Le tengo un gran respeto a Lol Kin Badillo, presidente del Comité del Orgullo México, A.C. (Comac), y me parece una gran activista. Sin embargo, con respecto a declaraciones que recientemente hizo a Anodis, soy escéptico:

1. ¿Comac, desde su creación, ha tenido otro tesorero que no sea David Rangel?
2. ¿Ha habido alguna marcha en la que Corporativo Cabaretito, que dirige David Rangel, no haya participado como patrocinador?
3. ¿Acaso no fue David Rangel quien afirmó, siendo tesorero del Comac, que él no era "vendedor de publicidad" como argumento para desechar las intenciones de American Express de participar como patrocinador de la Marcha del Orgullo en México?
4. ¿El año pasado no recibió Lol Kin, como presidente del Comac, una beca de parte de Corporativo Cabaretito en los meses que duró la organización de la Marcha?

Me extraña que los estutos, los estados de cuenta y las minutas de las reuniones del Comac no sean públicas. De otra forma no tendría sentido preguntar lo anterior.

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